El uso de las malas palabras en el trabajo, según un estudio publicado por CareerBuilder.com, pone en tela de juicio el profesionalismo de los empleados en un 81%.

Así es, el lenguaje profano, el lenguaje grosero, es sinónimo de un patrón de conducta y para los gerentes significa que no tienes la capacidad de manejar situaciones difíciles. Consideran que la falta de control y madurez deterioran el rendimiento y las relaciones dentro y fuera de la oficina.

Entonces, ¿será que si pierdes los estribos con una personalidad impulsiva, jamás podrías alcanzar un puesto de liderazgo? No sólo eso, hasta podrías  acabar con tu puesto!

Mira lo que los empleadores piensan sobre el uso de las malas palabras en  el trabajo:

Aquí cinco puntos que pueden prevenir y detener el mal uso del lenguaje en tu lugar de trabajo:

Profesionalismo ante todo. Cuenta hasta diez o veinte si quieres, pero no pierdas la meta que te has trazado, la de ser un verdadero profesional.  El momento de cólera pasará y al final del día, el profesionalismo volverá.  Las palabras, son sólo palabras, es cierto; pero cada una de ellas tiene un significado y una intención. Cada palabra tiene un poder que impulsa o inspira pero también que apaga o deteriora una relación entre compañeros, clientes o ejecutivos.

Con estilo y cultura.  A veces una grosería inofensiva resbala ligeramente por la boca, maneja la situación con estilo. Lo que es inaceptable es hacer insinuaciones sobre raza, género, etnicidad o sexualidad.  Ten siempre en mente dónde trabajas –el tipo de industria- y con quiénes te relaciones, la cultura empresarial.

Entrenamiento al personal. Los gerentes y supervisores deben dar el ejemplo.  Un lenguaje grosero puede ser normal y no causar ningún problema entre algunos, mientras que a otros puede causar una total ofensa, así que entrenen a su personal a ser responsables con lo que dicen.  Muchas empresas ya utilizan medidas y políticas disciplinarias por escrito en el manual del empleado: "No se permiten malas palabras, por favor".

Actitud y control.  ¿Te frustra la actitud de algunos colegas o jefes?  Ningún lugar de trabajo es perfecto ni la gente es perfecta.  Confróntalos en privado, pero no respondas con la misma actitud, o sea, utilizando lenguaje profano.   Tu actitud debe ser positiva, "las acciones dicen más que las palabras" dice el viejo adagio.

Disculpas, siempre disculpas. La gente que dice algo ofensivo debe disculparse y expresar arrepentimiento.  Si has reaccionado negativamente has pronunciado una de esas palabrotas (#$%^&*), sé sincero y di, "lo siento".  Tampoco esperes mucho tiempo, una disculpa de varias horas o peor días pierden credibilidad y validez.

¿Dejarás que las malas palabras te cuesten un ascenso en el trabajo o que inclusive lo pierdas?  El impacto es fuerte, no sólo involucra la falta de respeto sino potencialmente la consideración de un despido. Mantén tus emociones equilibradas como un favor a ti mismo y a los que te rodean!

“La diferencia entre la palabra adecuada y la casi correcta, es la misma que entre el rayo y la luciérnaga.” – Mark Twain